La energía pasiva aprovecha los recursos naturales, como la luz solar, la ventilación y el aislamiento, para reducir la necesidad de calefacción, refrigeración e iluminación artificial. Un diseño adecuado de ventanas, orientación de la vivienda y materiales de construcción puede mantener la temperatura interior confortable durante todo el año, disminuyendo el consumo eléctrico.
Incorporar estrategias de energía pasiva no solo permite ahorrar en la factura eléctrica, sino que también contribuye a un hogar más sostenible y eficiente. Con pequeñas decisiones de diseño, es posible aprovechar la naturaleza para crear espacios cómodos y energéticamente responsables.